Hellen Keller
Autora, activista y oradora estadounidense sorda y
ciega. Helen Keller nace en el seno de una familia de clase media, de
padre editor de prensa. En 1882 estuvo a punto de morir por una fuerte fiebre,
que la apartó del mundo y la dejó ciega y sorda. Luego de sufrir varias crisis,
la familia decidió contratar a una profesora personal. La persona elegida fue
Anne Sullivan, una persona abandonada de niña, ciega desde los cinco años hasta
su adolescencia, cuando mediante operaciones pudo recuperar la visión y la
alumna más inteligente de su clase, graduada con honores. Con mucha paciencia y
cariño, Anne Sullivan logró enseñarle a Helen Keller a comunicarse, aprendiendo
rápidamente el lenguaje manual de los sordomudos y el alfabeto Braille, una
lengua de signos en la que cada letra es signada en contacto con la mano de la
persona sordo ciega de manera que pueda sentir la forma del signo y su
significado. Pronto aprendió a leer y escribir en braille y a pensar y hablar
usando el método "Tadoma": tocando los labios de otros mientras
hablan, sintiendo las vibraciones, y deletreando los caracteres alfabéticos en
la palma de la mano.
En 1888, Helen Keller concurrió al Instituto Perkins para Sordos en Boston
(Massachusetts), donde Anne Sullivan continuó enseñándole con material y textos
de la escuela y en 1894 se trasladó a Nueva York para continuar sus estudios en
la Escuela Wright - Humason para Ciegos. Helen Keller se graduó con título de
honor de la Radcliffe College en 1904 y comenzó a interesarse por la situación
social y la desigualdad entre las personas. Actuando como miembro activo del
partido socialista, luchó por los derechos de los trabajadores y de las
personas con capacidades diferentes, además de dar numerosas conferencias y
recibiendo distinciones. En 1932, Helen Keller es nombrada Vicepresidente del
"Royal Institute for the Blind in the United Kingdon" (Real Instituto
para Ciegos en el Reino Unido). Durante la Degunda Guerra Mundial (1939-1945),
visitó a los soldados internados en hospitales militares, dándoles contención y
ánimo. El 14 de septiembre de 1964, el Presidente Lyndon Johnson reconoció la
labor de Helen Keller otorgándole la Medalla Presidencial de Libertad, el mayor
honor estadounidense para ciudadanos. Dueña de una voluntad inquebrantable,
gran inteligencia, sensibilidad y carisma, Helen Keller dejó un mensaje
positivo y alentador para todas las personas, siempre recordando a Anne
Sullivan, quien desde el primer día confió en ella y la alentó a desarrollarse.